Atenas
Durante décadas, la red ferroviaria griega, de 2.552 kms, ha estado plagada de mala gestión, mantenimiento deficiente y equipos obsoletos
Este domingo estallaron enfrentamientos en Atenas entre la policía y un grupo de manifestantes por el accidente de tren en Grecia a principios de esta semana que mató al menos a 57 personas.
Unas 10.000 personas, según la policía, mostraron su enfado frente al Parlamento en Atenas tras el desastre ferroviario que se atribuye a un error humano y a una negligencia en la red ferroviaria.
Algunos manifestantes prendieron fuego a contenedores de basura y lanzaron artefactos incendiarios, según señalan varios medios locales.
La policía lanzó granadas aturdidoras y gases lacrimógenos a un grupo de militantes de un partido izquierdista minoritario que quería dirigirse hacia las oficinas de Hellenic Train, la empresa que opera los ferrocarriles de Grecia.
Los manifestantes, que en particular portaban pancartas «Abajo los gobiernos asesinos», respondieron al llamamiento de estudiantes, ferroviarios y empleados del sector público mientras los trenes y el metro están en huelga en el país.
En el Parlamento lanzaron cientos de globos negros al cielo en memoria de las víctimas del choque frontal entre un tren de pasajeros de Atenas a Tesalónica en el norte y un convoy de mercancías el martes por la noche.
«Sentimos una rabia inmensa», dijo a AFP Michalis Hasiotis, presidente del sindicato de trenes que se unió a la manifestación. «La codicia, la falta de medidas tomadas para la protección de los pasajeros ha llevado a la peor tragedia ferroviaria de nuestro país».
Previamente, el primer ministro Kyriakos Mitsotakis había pedido disculpas a las familias de las víctimas en una declaración solemne.
El estado ruinoso de la red ferroviaria, varios problemas en el sistema de señalización y seguridad en las vías ferroviarias han sido señalados, ya que el jefe de estación de Larissa, la localidad más cercana al accidente, ha admitido su responsabilidad.
«Nada va bien en este país, los hospitales mueren, las escuelas cierran, los bosques se queman… ¿A quién engañan?», Nikos Tsikalakis, presidente de un sindicato de ferrocarriles.
El primer ministro griego y el de Infraestructuras en el lugar del accidente ferroviario.GREECE PRIME MISNISTER
No muy lejos de la protesta, el primer ministro participó en un servicio religioso en la catedral ortodoxa de Atenas, mientras las iglesias de todo el país planeaban rendir homenaje a las víctimas de lo que las autoridades describieron como «una tragedia nacional».
El viernes, manifestantes enojados corearon «asesinos» frente a la sede de la compañía ferroviaria Hellenic Train en la capital, y escribieron la palabra en letras rojas en la fachada del edificio.
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