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*Canciller Laura Sarabia en la Cuarta Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo.
En el marco de la IV Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo, celebrada en Sevilla, la ministra de Relaciones Exteriores, Laura Sarabia, reiteró el llamado del presidente Gustavo Petro a respaldar con recursos reales los compromisos globales para la protección de la vida.
Retomando una idea que ha sido planteada antes por liderazgos latinoamericanos, el mandatario colombiano ha insistido en que el cuidado de la vida también se expresa en las decisiones presupuestales. La canciller reafirmó ese enfoque al señalar que no es posible hablar de amor por la naturaleza si no se está dispuesto a asignarle recursos.
Durante su intervención en el panel ‘Financiamiento para biodiversidad y pérdidas y daños no económicos’, Sarabia sostuvo que hablar de biodiversidad no puede seguir siendo una declaración técnica, sino una decisión política concreta. Para ella, la biodiversidad no es una categoría científica ni una cifra en un informe técnico, sino la forma misma en que vivimos. Cada vez que desaparece un ecosistema no solo se pierden árboles o animales: se pierden lenguas, memorias, vínculos irremplazables.
Colombia es uno de los países con mayor biodiversidad del mundo y una de las naciones que menos ha contribuido al cambio climático. Sin embargo, como denunció la canciller, recibe una fracción mínima de los recursos internacionales destinados a la acción ambiental. Los países que más cuidan son los que menos reciben, aseguró, insistiendo en que el problema ya no es de diseño, sino de voluntad política para implementar lo que ya existe: canjes de deuda por naturaleza, bonos verdes, derechos especiales de giro (DEGs).
Sarabia señaló que lo que se necesita no es más diseño, sino implementación. Voluntad política. Menos cumbres llenas de discursos y más resultados concretos. Y concluyó con una advertencia contundente: si hubo voluntad para movilizar billones de dólares en guerras, también debe haberla para salvar la vida. Su generación —dijo— quiere heredar un mundo por el cual valga la pena seguir luchando. Pero entre guerras y crisis climática, cada vez queda menos por lo que luchar. El momento de actuar es ahora.
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